Autor: Michel
Temática: Ficción
Descripción: Introducción a Rayuela Andrés Amorós 6 UN LIBRO QUE ES MUCHOS LIBROS Abre Rayuela un lector desprevenido y se encuentra, antes de nada, con la sorpresa de un «tablero de dirección». (Es, desde luego, una de las peculiaridades que ha atraído más la atención —y las críticas— sobre esta novela.) No se desanime por la aparente excentricidad. Tómela, ante todo, como un rasgo de humor, una gigantesca broma. Lo es, desde luego, pero eso no quita que, a la vez, contenga elementos de notable importancia. (En Cortázar, es habitual que lo más serio se nos presente bajo ropaje humorístico. Más aún: la forma irónica debería alertarnos —si hiciera falta— sobre la seriedad e importancia de un fragmento.) Detengámonos, pues, en esta página, porque, además de ser la primera, contiene varias pistas que nos pueden ayudar a entender todo el libro4. Auto-reflexión Como cualquier novela, Rayuela contiene varios elementos: una historia, unos personajes, una estructura, un estilo, una visión del mundo. Además, incluye también otros dos planos, muy evidentes: a) Una teoría de la literatura y, en concreto, de la novela contemporánea. b) La aplicación de eso a la práctica narrativa; es decir, una reflexión sobre cómo se va escribiendo Rayuela. Estas reflexiones suelen estar puestas en boca de Oliveira o aparecen en los papeles del filósofo Morelli. Me escribía una vez Cortázar: «Digamos, para mejor definir esto que siento, que usted habla de Horacio como Horacio hablaba de Morelli, y ambos de sus libros respectivos (puesto que Oliveira escribe conmigo Rayuela mientras piensa en la obra de Morelli de la que sólo conoce fragmentos).» Conecta en esto Cortázar —como en tantas cosas— con corrientes renovadoras propias de nuestro siglo. Si André Gide publica Los monederos falsos y El diario de los monederos falsos, Cortázar nos ofrece las dos cosas, a la vez, en Rayuela. Es éste uno de los aspectos que más ha interesado, lógicamente, a los estudiosos de la literatura. Conténtese el lector normal con recordar que Cortázar es todo lo contrario de un ingenuo y que este libro es como una máquina que, además de funcionar bien, contiene todas las herramientas necesarias para desmontarla y comprobar cómo funciona, sin necesidad de llamar al mecánico del taller de la esquina. Anota Morelli, con laconismo y claridad: «Inevitable que una parte de su obra fuese una reflexión sobre el problema de escribirla» (99). En este tablón se balancea Cortázar, sin que —a mi modo de ver— la reflexión y la autocrítica sequen su espontaneidad creadora. Pluralidad de lecturas Hoy lo sabemos de sobra: todo libro —sea El Quijote, Los tres mosqueteros o Eres una pecadora— permite y postula una pluralidad de lecturas. Con Rayuela no sucede solamente eso: está proponiendo al lector, desde la primera página, más de una lectura. El truco —aparente— en la disposición tipográfica de los capítulos tiene un sentido más amplio. Como vio Carlos Fuentes, «esta segunda lectura abre la puerta a una tercera y, sospechamos, al infinito de la verdadera lectura». 4 De acuerdo con la estructura de Rayuela, dividiré esta introducción en muchos cortos apartados, y, para evitar el problema de la distinta paginación según las ediciones, daré solamente, entre paréntesis, el número del capítulo citado.